Puede que vivamos más de los días como hoy, que de todos aquellos
días que planeamos.
Tal vez nos dicen más los espacios en blanco entre palabras
que quieren decir algo que las propias palabras que sólo dicen palabras.
Dedicar el poco tiempo que ocupan dos de tus palabras a
decir no quiero es dedicar ese tiempo a decir quiero. Hola es un abrazo, y
adiós decir te vas a un abrazo, que se presenta .
Te quiero, y mientras escribo estas palabras, lo que te
quiero se escapa para siempre, para nunca, aunque al final te abrace, te
tenga, como si nunca.
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