sábado, enero 3
Parpadeo
El momento oportuno no espera ni avisa: sucede o se esfuma.
Los planes premeditados naufragan.
Al final la vida sucede como quiere. No importa que pienses que estaba escrito, o que simplemente pasa porque pasa. Dan igual tus posibles credos o tu asumido escepticismo. No importa que creas en el destino o en el azar,en dioses o fantasmas, no importa siquiera que no creas en nada
Si pasó tenía que pasar, si no pasó no habrá recuerdo... Y no pudiendo cambiar lo sucedido, cómo ibas a cambiar lo que nunca ocurrió.
domingo, diciembre 28
Las palabras
En alguna ocasión una sola puede salvarte, pronunciada en el momento preciso, escuchada en la voz adecuada. A veces basta solo eso: escucharla de una voz que no tenga tu timbre.
Otras veces, el ruido que hace el mundo al tragarte no te dejará oír ninguna, todos sus ecos los silencia el vacío, todas sus fuerzas las apaga el silencio.
Se usan para herir y para abrazar, pueden ser bálsamo o daga, pueden ser duda y certeza.
Sirven para desnudarse y para abrigarse, para mostrarse y defenderse.
Sirven para crear pedestales y para desdibujar mitos, para convencer y para alejar.
Enarbolan banderas y matan, se apoderan de mentes y bocas, de sueños y caminos.
Se quedan pequeñas cuando el amor es tan grande o cuando el odio es tanto que no cabe.
Sirven para comer cabezas y para despertarlas.
Se confunden unas con otras, se tienden lentamente sobre el papel o se apresuran hacia el aire escapando de gargantas.
A veces con tres creas un mundo, otros días con un repertorio infinito no encuentras ninguna, porque la vida es siempre algo más.
Porque el amor inmenso no cabe en los diccionarios, porque el dolor apaga sus latidos al compás del tiempo, porque la amistad usa el lenguaje silencioso y certero de una presencia o una ausencia.
Hoy son estas, mañana quién sabe.
Las palabras.
Otras veces, el ruido que hace el mundo al tragarte no te dejará oír ninguna, todos sus ecos los silencia el vacío, todas sus fuerzas las apaga el silencio.
Se usan para herir y para abrazar, pueden ser bálsamo o daga, pueden ser duda y certeza.
Sirven para desnudarse y para abrigarse, para mostrarse y defenderse.
Sirven para crear pedestales y para desdibujar mitos, para convencer y para alejar.
Enarbolan banderas y matan, se apoderan de mentes y bocas, de sueños y caminos.
Se quedan pequeñas cuando el amor es tan grande o cuando el odio es tanto que no cabe.
Sirven para comer cabezas y para despertarlas.
Se confunden unas con otras, se tienden lentamente sobre el papel o se apresuran hacia el aire escapando de gargantas.
A veces con tres creas un mundo, otros días con un repertorio infinito no encuentras ninguna, porque la vida es siempre algo más.
Porque el amor inmenso no cabe en los diccionarios, porque el dolor apaga sus latidos al compás del tiempo, porque la amistad usa el lenguaje silencioso y certero de una presencia o una ausencia.
Hoy son estas, mañana quién sabe.
Las palabras.
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