Sueles decir que sé reflejar mis sentimientos en palabras, y yo no dejo de insistir en que las palabras son miniaturas, en que cuanto más se queda por expresar, cuanto más precisas alcanzan a ser las palabras, más se acentúa esa sensación ineluctable de todo lo que no abarcan. Más te quiero a más decirlo, y no por decirlo se va.
Digo adiós, y el aire que en mi boca se revuelve para decir esas palabra no se lleva las nostalgias y la incertidumbre de la despedida. Me alegro más de verte que mi cara, me duele más perderte que a mis ojos. Me siento vacío, es verdad, me siento pleno, también lo es...
En el limpio espejo puedes ver tu rostro, pero el reflejo no late. Es como decirte que no se trata de expresar, sino de transmitir.
Palabras. No más.
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