lunes, septiembre 8

Gestos transparentes

Hubo un porqué. Acaso se perdió. O no hubo siquiera que buscarlo. Puede que estas no fueran las palabras precisas para esta hoja en blanco. Los pasos son así, aunque huellas en la orilla por un mar borradas, se dieron alguna vez, alguna vez sucedieron. Puedes disimularlas, pero eso no impide que ya estuvieras ahí.

Eso que llaman destino no está ahí cuando uno llega, como esperando desde siempre o después de nunca, acude cuando uno recuerda tal palabra, tal gesto, tal mirada. Entonces cada destello parece una señal y cada señal un empuje. También sucede estar como mirando otro horizonte y no ver más allá, y entonces escaparse mil señales que nunca percibiste, de las que tuviste noción cuando ya no lo eran.


A veces no hay que complicar las palabras, a veces hay que ser un desertor de la estética y ser sólo un espejo del alma, llenarse de tropiezos y de gloria, no cesar de buscar miel en el conformismo y en la rebelión, ansiar el silencio helado y a veces querer no escuchar nada, entenderse con un lenguaje de gestos transparentes.

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 Los recuerdos son espejos  de las cosas  como eran