viernes, marzo 9

A la hora de la verdad, hay tanto que es mentira.
Las promesas de estar que luego no están si no es para brindar, los cuenta conmigo pero justo ahora me coges en mal momento para contar, los abrazos que se vuelven hologramas, lo incondicional cuya condición es que mantengas el humor al que acostumbras.
La demagogia empática de la red social que fuera de las pantallas se vuelve humo.
La multitud que corre junta bajo el sol y se guarece al primer atisbo de lluvia.
Ojalá todos los versos fueran happy ending, atracón de perdices, un atreverse a preguntar un simple qué tal, sin miedo a que la respuesta sea un no tan bien como otros días.
Lo mejor son las sorpresas de quien no esperabas, lo peor, el silencio donde esperabas una voz.

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 Los recuerdos son espejos  de las cosas  como eran