Te obstinas con frecuencia en cargar el peso de las nubes
sobre tus hombros, en separar el cielo que contemplas de la tierra que pisas, y
confundir, por tanto, caer con volar, querer con soñar.
Has nacido mil veces para vivir y morir solo una, has sido
capaz de llenar horas con vacío y segundos con perennidad, has roto el hielo y
has temblado de frío para aprender que lo único que no se consume es el tiempo
que nos consume. Incluso las estrellas que miras ya dejaron de estar, incluso
el presente está dejando de suceder, incluso estas palabras que leerás siempre
ahora, ya fueron escritas.
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