El tiempo es como un dios inmóvil. Tal vez el único que existe, la
única regla para la que todos somos iguales. El tiempo es como un dios
inmóvil.....decía.
¿O es que aún no has sentido que el que avanzas eres tú? Todo esto
ya estaba cuando llegaste, y seguirá sin moverse cuando te vayas.
A priori no comprendes, ni te importa, toda esa incertidumbre;
luego, después de atesorar todas palabras, metáforas e ingenios, después de
haber conocido los calendarios que paren efemérides, las manecillas que
desconocen el silencio, la clepsidra robando el agua a los segundos, la arena
cayendo en silencio de un cristal a otro, te das cuenta que el tiempo sigue
igual, que cada cierto intervalo vuelve a nevar, que otra vez llega un punto en
que las visitas de Apolo son más frecuentes que las de Morfeo, y lo llamamos verano.
Tal vez el tiempo es el único dios que existe, y la
memoria.......la única manera de rezar.
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