Quien
mantiene el silencio para solapar una verdad que dolería ignora que a veces no
hay señal más inequívoca que la propia elocuencia de algunos silencios, que
miradas fugaces que cree que nadie percibe, para forjar la certeza en quien
supuestamente "ignora" lo que ocurre, de que efectivamente ocurre
algo. Adquiere el saber de que hay algo que no sabe, una intuición casi
infalible. No tiene sentido que te cierren los ojos, si no hay algo a lo que no
debes mirar...
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