A veces nos sentimos mundo, un mundo que se dilata hasta sentir que no cabe en el cuerpo, cierta premura por libar el sabor de vivir, otras veces nos sentimos ínfimos, como un suspiro leve en medio de una tormenta, como una hormiga en la hojarasca.
A veces las palabras secuestran nuestra lengua y se vuelven infinitas, otras el diccionario se diluye en la bruma, y las palabras no existen.
A veces somos respuestas a las que luego hacemos preguntas, y otras, ciertas dudas de las que no sabemos dudar.
A veces somos miedo: cuando pequeños a sombras, historias, y sonidos; cuando mayores, en unas ocasiones al silencio, y en otras también al futuro, porque al contrario que nosotros se vuelve pequeño.
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