lunes, septiembre 8

Escuchar con las pupilas

O tocamos el infinito
o pisamos el abismo,
o nos posamos
con la misma facilidad
que nuestras alas comprenderían,
ser brazos perennes
que escudriñan el más allá,
para encontrarse cada vez más
en este acá tan cerca.

Y escuchar con las pupilas
la certeza más fiable
en ese laberinto de verdades
que se mienten en el espejo,
donde siempre resultó más fácil
decir  tropecé
que vuela conmigo.

Hasta el final incierto,
que aunque no queramos,
o no queramos creer
está más cerca que nosotros,
por hacer más caso a susurros
que a parpadeos.


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 Los recuerdos son espejos  de las cosas  como eran